9/6/13

Primer Intento



Blanco


Sala de espera. Predomina el blanco. Una banca con espacio para cinco personas. Por la derecha entra el joven enfermo. Está cansado. Mira la banca y no toma asiento. Lo siguiente se puede jugar como algo que está pensando el enfermo. Tal vez con un cenital, tal vez una voz en off.


Enfermo: ¿Me vas a querer besar? Después de un beso te va a quedar un sabor metálico. Ahí comienzan las preguntas. Ahí se me quitan las ganas de dar un paso más. No va a ser suficiente un abrazo. A eso seguirá un apretón de manos, un cruce indiferente de miradas. Si sonrío verás mis dientes manchados de sangre. Cuando comiencen las preguntas no sé qué voy a hacer. 


Es interrumpido por un joven que entra por el lado derecho, su pareja. Es unos años mayor que él.


Joven: Siéntate.
Enfermo: Veníamos sentados. 


El joven se sienta en el extremo derecho de la banca junto al enfermo que permanece de pie. El enfermo camina hasta el extremo opuesto de la banca. Los separan cuatro lugares. El joven lo mira alejarse, parece ignorar esa actitud. 


Joven: (Mirando el lugar) No me acostumbro.
Enfermo: Es fácil.
Joven: Anda. Siéntate conmigo. 


El joven levanta su mano hacia el enfermo, invitándolo a sentarse junto a él. El enfermo voltea a verlo. Se sienta en el extremo izquierdo de la banca. Los separan tres lugares. El joven baja su brazo. Ninguno de los dos quiere ceder.  Miran hacia extremos opuestos.


Joven: Hoy es viernes…
Enfermo: Pero olvidé las pastillas.
Joven: (Irritado) Nunca quieres descansar de esto.
Enfermo: No se puede.


El joven se acerca al enfermo. Los separan dos lugares. 


Joven: Dame tu mano. 


El enfermo la acerca desde su lugar. Si quieren tener las manos juntas deben tener los brazos levantados. Ninguno de los dos quiere ceder en acercarse más.  

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