28/1/10

No Dejes de Creer (2)

Solo un chico de ciudad...

Y siempre la misma gente, los mismos rostros, nada cambia y todo permanece igual. Estaba cansado de caminar por las mismas calles oscuras que recorría todos los días. Cada edificio que pasaba se volvía mas gris, el ahogarse entre mares de gente a quienes no conocería ni ante quienes sería importante. Rompería con la rutina, con los pasos que marcaban día tras día, pasos que no podía modificar por alguna extraña razón, pero que finalmente había decidido cambiar. Tendría que largarse de aquél lugar. Había pasado la tarde con sus compañeros , platicaban de los mismos temas de siempre, mujeres, deportes, trabajo, estaba harto. Buscaría refugio en algún lugar apartado, donde nadie pensara en él, donde pudiera gritar si quería, llorar en el momento que quisiera, reir si se le antojaba. Por fin se marcharía de la urbe que lo viera nacer, por fin se alejaba de la temida rutina que con el paso del tiempo fué apoderándose de su vida.

Quizá sería mediodía cuando iba despertando, empezaba su día en una cama que nunca antes había visitado, en la que nunca había esperado despertar. Junto a él, profundamente dormida se encontraba una chica, no recordaba su nombre, pero seguramente era aquella jóven con quien platicaba la noche anterior en ese moderno bar que acababan de abrir en la calle mas transitada de toda la ciudad. Noche de fiesta, donde todo sería válido. Aunque para el siempre lo fué. Intentó recordar cada paso que dió la noche anterior, se encuentran las miradas, él se acerca y bromea un poco con ella. Se besan. Continúa una invitación a salir del lugar. Él acepta. Y ahora despertaba en la cama de alguien mas como muchas otras veces lo hiciera antes. Se levantó tranquilamente evitando despertar a la chica. Buscó su ropa, se vistió y salió del lugar. Recorría las calles, no llevaba rumbo alguno. Siente vibrar algo en su pantalón, era su teléfono celular. Contesta y escucha la voz clara de uno de sus compañeros, invitándolo a su casa donde se reuniría con los demás para que charlaran de la noche anterior, querían que él les presumiera del último espécimen que pudo capturar. Simepre las mismas historias, las mismas estrategias.

Salía de la casa de su compañero, antes de cerrar la puerta aún escuchó risas dentro . La tarde pasó como cualquier otra, como él lo esperó, no hubo ningún cambio, ninguna sorpresa, todo fué tal y como lo esperó. Fué en este momento cuando decidió que no valía la pena seguir así, sería tan doloroso para él el dejar de sentir una emoción genuina, aparte del hastío que sentía cada día, como seguramente lo sería morir. No quería ser solo un muerto viviente, dejar su humanidad para ser parte del gris escenario en el que vivía. Tendría que buscar algo mas, dejar a un lado la vida tal y como la conocía para empezar algo nuevo, algo que tuviera mas sentido que las opacas luces que se encendían cada noche en las calles, con la intención de iluminar un camino que solo él recorría. Llegó a su departamento, consiguió una pequeña maleta donde guardó algo de ropa, el libro donde siempre escapaba de la vida, y la gran determinación de olvidar todo lo que había ocurrido hasta el momento. Salió cuando ya se había ocultado el sol, no le importaba el destino que siguiera, solo tomaría el primer camión que saliera de la terminal, no tendría nada que perder, quizás solo la vida, pero una vida sin una verdadera emoción a él realmente no le importaba.

Llegando compró un boleto que se dirigía a un lugar que le sonaba lo suficientemente lejano. Se sentó hasta esperar que se diera la llamada para que abordara el camión. No había ninguna certeza de que ocurriría, estaba cansado, tenía sueño, entrecerraba los ojos. Pero permanecía impaciente, queriendo salir urgentemente de aquél tedio.


26/1/10

No Dejes de Creer (1)

Solo una chica de pueblo...


Después de todo la gente no es tan diferente de lo mal que la pintan, o que ellos mismos se pintan. Eran casi las diez de la noche cuando ella pensaba en esto. Se dirigía a aquel camino donde transitaban todos los comerciantes y guerreros que osaban alejarse de la tierra que los viera nacer, buscando a alguien que la llevara lejos de ese lugar, después de todo no sería requerida mas en aquella comarca. Su padre la había corrido del castillo después de una gran pelea que acabaría con las pocas razones que le quedaban para seguir ahí, enclaustrada como la princesa que nunca se hubiera imaginado ser. Iría a la gran capital del reino, aquel lugar del que únicamente había escuchado hablar a los viajeros amigos de sus padres, o del que habría leído en algún antiguo libro de la biblioteca, pero que no habría imaginado conocer hasta dentro de aún bastante tiempo, cuando las pocas comodidades que le brindaba su pequeño castillo, su pequeño pueblo, no fueran suficientes y tuviera que dejar la pecera para adentrarse al mar.

El sol estaría en su punto mas alto cuando comenzara la campal dentro de esas cuatro paredes que hasta entonces conociera como hogar. Al momento de atravesar la puerta fué recibida con flechas cuya punta fué previamente sumergida en veneno, que acertaron a golpearla e incrustarse en su pecho. No tuvo mas remedio, estando ella herida y sangrando, que desembainar su espada, cual temerario templario enfrentándose a su mas grande miedo. Su arma era de lo mas vieja, empolvada, ya que nunca la había usado, pero este desuso mas que debilitarla le había brindado mas filo. Sería este el momento preciso para clavarla justo en el corazón de su padre. La batalla duró minutos, quizá horas. Pero parecieron días, centurias, como si fuese una antigua rivalidad entre reinos que nunca antes hubiese sido expresada hasta este momento, durante el cual se juntó todo el odio y el rencor posible que sientieran ambos pueblos solo para ser vertidos en el campo de batalla. Terminaría todocon una única solución, la jóven princesa sería desterrada.

Con el dolor que esto causó a varios de los subditos del rey de aquella aldea, tuvo que marcharse, y ahora andaba sola por el camino que llevaba a la gran capital del continente, donde esperaría encontrar algo que la llenara, que hiciera sentir algo mas en su vida, una razón para seguir luchando y matando dragón tras dragón solo para buscar el tesoro que se encontraba detrás de la soledad que existiera en su vida hasta entonces. Llevaba consigo las pocas cosas que creyó necesarias para el viaje, unas cuantas mudas de ropa, un armadura para estar preparada ante cualquier nueva experiencia que pudiera presentarse, y los buenos recuerdos que quedaron después de tremenda batalla. Se topó con una posada en el camino. Entró y preguntó si conservaba algún caballo con el cual pudiera llegar hasta el gran reino. El posadero le ofreció uno a cambio de cierta cantidad de monedas. Ella aceptó, gastando así todo el dinero que llevaba para el viaje, después de todo, nada mas tendría que perder... solo la vida, y esa no le valía demasiado.

Entre los árboles que llenaban el camino, solo se escucharían los galopes de un viejo caballo gris. Sería la jóven princesa en su viaje hacia un destino que no traía nada de prometedor, donde las estrellas no mostraban nada a su favor, es mas, parecía estar a punto de llover esa misma noche.

20/1/10

Coincidir

Soy vecino de este mundo por un rato
Y hoy coincide que también tú estás aquí
Coincidencias tan extrañas de la vida
Tanto siglos, tantos mundos, tanto espacio...



Todo se ha ido acomodando estas semanas, una pieza de rompecabezas mas que encuentro para ir contestando mis preguntas. Y aún así con estas piezas encontradas, que pensaba completarían algo... no, lo único que pasó fué que surgieron mas preguntas, mas dudas, mas espacios que llenar.

Lo que ocurría parecía carecer completamente de sentido. Pasaba tan rápido como escenas de una película, no parecía estar viviéndolo yo. Era como un sueño, un sueño carente de sentido. Pero fué la suerte, o algo mas fuerte no lo sé, lo que me puso en estas situaciones. Pláticas y pláticas, introspecciones continuas, y mucho miedo.

Pero no, hoy lo veo y todo parece encajar. Como si las cosas no fueran solo porque sí, como si todo tuviera sentido. El huracán tenía un porqué, la decepción tenía un porqué, como si las estrellas encaminaran todas estas situaciones para hacerme ver el cielo detrás de las enormes nubes grises.

Y es que, dentro de todas las personas que pude haber conocido en mi vida, es como si me hubiera encontrado con las indicadas. De todas las situaciones que se presentaran después de la pelea, tuvo que haber ocurrido lo que pasó. Tuvieron que escucharse las canciones, tuvieron que leerse las palabras, tuvieron que mostrarse los comentarios. Y claro, se aclararon ideas, surgieron prioridades y se encendieron sueños...

Y la maldita la canción que descubrí, y malditas las personas que han estado junto a mí, y las que se han ido, y las que estuvieron un rato, ... pero es que en verdad ¿porqué pasa todo así?, y lo seguiré repitiendo...


Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio... y coincidir


(Si, probablemente no se entienda mucho esta entrada, lo siento jaja pero bueno tengo que escribirlo jaja :D, y ya regreso después de una laaaarga serie de eventes no tan desafortunados jaja)