21/4/10

Somos...

...algo así como sardinas enlatadas. Cientos nos reunimos diariamente en cajas móviles que no desplazarán a sitios donde estaremos igual de encerrados, con apenas el oxígenos necesario para sobrevivir en un ambiente bochornoso, repleto de cientos de aromas, y distintos tipos de sardinas. Compartimos una lata distinta cada día, nunca junto a la misma compañera de celda. Cada quien pensando en que parte del otro estará tocando... si la posición de su aleta no molestará a la pequeña sardina que tiene la cola en la boca de otra. De repente se abre la tapa y salimos disparados, quizá algo sobrecocidos, luchando contra una corriente de nuevos peces que intentan entrar a su prisión, sofocarse. Seguimos la corriente, pasando de contenedor en contenedor, hasta que expira nuestra fecha de caducidad, y dejamos de ser un irrelevante relleno.

...una especie de arrecife de coral. Donde cientos de colores y especies se entremezclan para dar vida auno de los ecosistemas mas bellos que puede existir. Cada miembro tieneuna función en especial, que desempeña al pie de la letra, ya que un pequeño error en el sistema podría dañarlo gravemente. Cada ser depende del otro, y en este sentido, contamos con relaciones armoniosas. A esto le añadimos la enorme belleza que esta relación crea ante los ojos de otros seres, podemos decir que somos privilegiados. Peces payaso por aquí, corales rosados del otro lado, estrellas de mar recostadas en el piso marino, un cangrejo que trepa por las rocas, y una sombra originada por el paso de una mantarraya. Como si lo hubieran mandado a hacer, pero no, simplemente es la confluencia de cientos de factores aleatorios en la historia que lo convirtieron en la belleza natural que ahora es.
... nada mas y nada menos que ballenas solitarias. Enormes seres deambulando a través de una gran masa de líquido transparente. Creando relaciones poco estrechas, de pocos segundos, minutos,horas. Preferimos recorrer el infinito camino azul sin compañía para apreciar realmente la belleza que esconde. Nadamos cientos de kilómetros solo para descubrirnos como independientes de los demás. Preferimos la profundidad del camino, sin embargo, somos incapaces de sobrevivir sin salir a respirar a la superficie y ser iluminados por unos cuantos minutos por la luz del Sol o de las estrellas, pero claro, sin quedarnoscon esto, regresamos a la seguridad de las silenciosas aguas frías que rodean nuestros cuerpos. Continuamos el camino, quizá algún día nos crucemos con una compañera, quizá no. No importa realmente.

1 comentario:

  1. Por eso me identifico más con los delfines =P...¡Momento! Ouch, luego los atrapan en las redes para atún y los pinches japoneses los matan a palos y....y... creo que la catafixio por el arrecife. Saludos!!!

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